SentidoDeLaVida

O sea que en un pinchurriento blog, debería explicar algo personal? o pseudointeresante?

Cómo que pinche sentido tiene vivir?

Bueno…  es difícil contestar. Pero algo se debe poder hacer.   Para cortar la bruma, se necesita sólo un paso. Eso no significa que la bruma desaparecerá, pero si que se corta, y que cada palmo ganado se vuelve camino propio. Propio en un sentido pobre…la experiencia que se muere con nuestras banales vidas.

Nuestra aspiración a ser algo más que caquita formada por una vida que coquetea con el azar parece más un deseo platónico que una necesidad cotidiana (que se satisface y reaparece). G. H. Hardy, un magnífico y pretencioso matemático escribió el poema siguiente:

Aquí, sobre la lisa arena,

entre el mar y la tierra,

¿Qué construiré o crearé

para detener la caída de la noche?

Dime qué runas se han de grabar

que detengan la rompiente ola,

o qué bastiones se han de trazar

que me sobrevivan.

Así, si nuestra posibilidad de dejar rastro no digamos sobre la naturaleza, sino en las personas, en ese oceano de mentes es nula, no nos queda más que vivir sin esperar ningún efecto por nuestra vida. Si, podemos pensar que la vida es un sistema complejo y que depende de nuestras relaciones.  Pero nuestra participación es ínfima, y la verdad, vale madres. Los eventos humanos importantes, no nacen de un grupito de personas,

sino de ideas grandes, con situaciones favorables…

Entonces podríamos pensar que nuestro entorno es lo importante. No cambiarlo, sino percibirlo. Vivir por vivir. Pero ese entorno, existe?

Cada quién carga su supuesto entorno, y la bruma se vuelve como un aura personalizada. Somos uno con nuestro ambiente y sin embargo proyectamos a alguien distinto con otro ambiente.  Me gustaría pensar que realmente vivimos dentro de esferas, a distintos niveles,  que juegan entre si complicadas relaciones (Sloterdijk). Pero quizá asumir eso es demasiado.  Ni siquiera nuestras celdas amibióticas son tan fáciles como para mostrar su existencia. En un oasis atravesado por ventiscas de arena, va cada uno, rogando por ser escuchado, querido, deseado,  e incluso amado. Y a veces las cosas no son tan simples.

Cuando uno cree que hay bien y mal y lo que hacemos repercute al menos se agarra de esa creencia para actuar. O sea, si soy bueno me amarán. Si sigo una religión, o una moral entonces me salvo (si es la verdadera, claro).  Podría objetarse, con lo anterior, que si nuestra conducta no importa (debido a su pequeña repercusión) entonces podemos ignorar toda regla. Pero si existe el bien o el mal, pues se deben hacer las cosas buenas, aunque no se noten. Porqué? Porque si. Es lo cómodo de esa tautología.

Pero eso del bien y del mal… pues es más bien axiomático. La idea de que evolucionamos como humanidad, la idea de que el ganar experiencia nos hace mejores vienen de un positivismo light en decadencia. Creer ciegamente siempre es más fácil que reflexionar.

Así digamos que dejamos el pensar como un verdadero sentido de vivir.  Como si eso nos fuera a transportar a la soñada dimensión metafísica. Pensar es una forma refinada de embriagarse. La más sutil, la más irrisoria… y también la más prolífica y satisfactoria. Aunque sea una actividad más para soportar el tiempo.  Construir ideas, criticar ideas…intentar crear ideas; vertientes diferentes de una misma mente inquieta. Y al final, todo un juego, el mismo juego jugado por generaciones y generaciones…  Casi siempre las mismas ideas, y casi siempre las mismas preguntas sin respuestas. Es como los baleros, los trompos y los yoyos; los jugaremos por siempre, por períodos, en diferentes y novedosos colores.

Hacer las cosas por amor de sí mismas (Musil, Uniones), embriagarse: de alcohol, de virtud, de mujeres, de locura, de bondad, embriagarse sin cesar para no sentir el peso del tiempo, que termina por quebrar la espalda (ese no recuerdo quién lo dijo).

Bueno, un pequeño haiku, para finalizar:

Generalidad;
por sencillos eventos
mi cuerpo vibra.

Si alguién lee esto, lo invito a que escriba acerca de lo que cree que es un sentido de la vida.

ah y por cierto si, un blog es un santuario del egocentrismo